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Foto del escritorLeonor Cáceres

Silenciar tus emociones y necesidades... ¿la mejor opción? - Vínculos y Alta Sensibilidad


La tendencia a evitar el conflicto, como la tendencia a buscar agradar a los demás, son características que suelen encontrarse en Personas Altamente Sensibles.


Esto, muchas veces, lleva a optar por callar o guardar lo que realmente sentimos, tomar acciones que van en contra de lo que necesitamos o, por el contrario, dejar de hacer aquello que nos haría sentir mejor.


Nos acomodamos a los demás para que puedan estar cómodos, para evitar confrontar, para evitar sobresaltos, para escapar a posibles enojos, reproches o comentarios que nos dañan.


Intentamos mantener el equilibrio y estabilidad en los vínculos a costa de nuestro desequilibrio e inestabilidad interna.


Cuando esto sucede y cuanto más lo sostenemos en el tiempo, comienzan a aparecer los síntomas, sean físicos o psicológicos, dando aviso de que algo no va bien.


¿Es realmente la mejor opción?


Cuando se trata de vínculos, no somos los únicos responsables de que todo vaya bien. El cuidado, respeto y la aceptación del otro, así como las negociaciones para lograr mutua satisfacción, son responsabilidad de ambas partes. Sólo así lograremos un auténtico bienestar, tanto interno como externo, y sostener las relaciones en el tiempo.


¿Estás acostumbrado a guardar tu opinión aún cuando esta puede tener consecuencias negativas en tu propia persona?


¿Preferís postergar conversaciones necesarias por temor, vergüenza o considerar que tus necesidades no son tan importantes?


¿Te es común encontrarte convenciéndote a vos mismo de "quedarte un ratito más" o "aguantar un poquito más" para contentar a otros?


Cuando hemos aprendido a actuar de este modo, no es fácil cambiar la forma de abordar estás circunstancias. Sin embargo, es necesario trabajar en dirección a lograr que lo que sentimos, pensamos, y hacemos se encuentren en coherencia.


Te animo a que revises esas pequeñas elecciones y acciones diarias con las cuales sostenés tus vínculos. En caso de que te encuentres relegándote una y otra vez, es válido que pongas en la balanza los costos y beneficios para tu persona, y que puedas preguntarte: ¿realmente me da satisfacción este tipo de relaciones?




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